lunes, 25 de octubre de 2010

MAGIA



La poesía es magía y como respondieron un coro de niños en otro lugar y agradeciendo otro juego: poesía es pasadizo sin tiempo, sordo refugio al tic-tac del tiempo moderno, magía, juego, metáfora, un alma cargada de presente, una mirada que profundiza, una mirada sin punto fijo, … ¡sí! Este juego es idéntico al nuestro, así identificándonos nos maravillamos ante la casualidad. Por otros caminos otros llegaron a descubrir la mirada circular.

La mirada circular que todo lo engloba, destruye la identidad individual o identidad egocéntrica, porque en este proceso englobador el origen de la mirada se trasciende.

Gracias a este tipo determinado de mirada o atención, después hermanamos poesía y magia, gracias a la metáfora, una imagen que nos permita también diluirnos en otros, en el todo, tomar conciencia de la interconexión y la fragilidad del concepto de individuo.


La mirada mística, al igual que la poética, se desarrolla fuera del tiempo, de ahí proviene su liberación, pero esta hermandad puede llevar a la confusión, puede que el lector identifique únicamente la mística con los grandes místicos católicos que en éxtasis decían verdad pero que también se abrazaban a ingratitudes negrisimas sumidas en su visión errónea de la dualidad del mundo:
“… Esta cárcel y estos hierros en los que el alma está metida” – decía santa Teresa, por su parte Fray Luis de León también dividido suspiraba “cuándo será que pueda libre de esta prisión, volar al cielo…”.

Nuestra vinculación es con otra mística más pagana, animista, y no dualista. Frente a esta mística cegada por el dogma otra que huye de cualquier ascetismo y de la abolición del deseo, una mística que encuentra un sentido mas allá del tiempo pero una mística del cuerpo. Esta mística integradora no encuentra en la muerte una liberación,
(* a no ser aquella muerte de todo lo aprendido, o esta otra muerte para renacer instante a instante)



También hermanamos poesía y magia, por nuestro amor a la metáfora y a la analogía, pero teniendo en cuenta y no rechazando las paradojas. (Ni una cosa ni (la) otra, sino todo lo contrario). Amigos somos de la metáfora por mágica y de la paradoja por su poder destructor del prejuicio (ni una cosa ni la otra, sino todo lo contrario) y por su capacidad de representación de la unidad. Al final, por mucho que nos pese, tenemos que englobar tanto una cosa como la otra dentro del círculo, todo ello para demostrar que las identidades están desperfiladas y todo está unido. Algo así como la utilidad simbólica del dolmen, donde los bordes de la piedra están desperfilados, la piedra se escapa por todos lados, no la puedes aprehender porque quiere explicar la unidad, no sólo de cielo y tierra, sino la unión de todo con todo, o, si se nos explica mejor, con el todo.

La magia nunca pierde la conexión con la realidad, no es sólo un juego de parecidos, la magia nos rodea. La existencia es una maravillosa posibilidad ante una infinitud de caminos, una esfera fértil que fascina dentro del juego móvil del movimiento espiral del universo, esa serpiente que repta en tu espalda. La magia es metáfora porque juega con la evidencia de la conexión de todo con todo.



Así que ya sabemos que la mirada circular, que ya apareció por alguna parte, por lo menos es poética, mágica y mística; y el camino que vamos a recorrer hacia el cuestionamiento de la muerte lo marca esta especie de mirada que en el instante tiene en cuenta a todo y a todos, dominada por la felicidad circular que habita el presente. Pero es un círculo muy particular, con sus singularidades: es un círculo infinito porque no sabe de tiempo, es un círculo abierto porque la verdad está en su centro pero ya sabemos que si hay verdad :(Ni una cosa ni (la) otra, sino todo lo contrario). ¿Es una espiral? Y yo, pobre de mí, en el centro. Los recolectores y nómadas tienen, por sus formas de supervivencia, más posibilidades de entender el camino, porque están en camino; lo que no conozco es la calidad de su mirada; seguro que es una mirada cálida.

Una mirada enamorada que confunde observador y observado, y actúa por medio de la caricia, por primera vez consciente de la luminosidad de mayo. Sólo existe la mirada, lavar la mirada en lo otro e identificarnos, “whatever you love, you are” decía Rumi en su código que nos gustaría realmente descifrar, “somos moldeados por lo que amamos” sorprendía Goethe, “la visión también es tacto” decía Plotino.

Es necesario estar muy atento para acentuar la mirada circular, es un proceso meditativo continuo, la consciencia de la realidad que incluye a si mismo; pero es una mirada de ida y vuelta, de identificación completa: Un centro sin centro, la totalidad inmersa en la singularidad." >La mirada circular, tal que poética pertenece a la revuelta: la liberación consiste en vivir aquí y ahora, alcanzar la conciencia pura del presente, hacer que todo acto sea meditativo, y en lo social incluir al otro, así como decía Simone Weil, mística que se vistió en una ocasión de miliciana: “el espíritu de la justicia y de la verdad no es más que una especie de atención, que es puro amor”.

( Video. última escena de Stalker de Tarkovski) ( Cuadro de Ernst-Ludwig Kirchner) (Fotografias: Man Ray y Yamamoto)

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