lunes, 31 de enero de 2011

AIRE LIBRE



Si algo me gusta, es vivir.
Ver mi cuerpo en la calle,
hablar contigo como un camarada,
mirar escaparates
y, sobre todo, sonreír de lejos
a los árboles...

También me gustan los camiones grises
y muchísimo más los elefantes.
Besar tus pechos,
echarme en tu regazo y despeinarte,
tragar agua de mar como cerveza
amarga, espumeante.

Todo lo que sea salir
de casa, estornudar de tarde en tarde,
escupir contra el cielo de los tundras
y las medallas de los similares,
salir
de esta espaciosa y triste cárcel,
aligerar los ríos y los soles,
salir, salir al aire libre, al aire.

Blas de Otero

jueves, 13 de enero de 2011

La autoconstituyente


"Sé que desde hace unos diez años se ha propagado la idea de que era necesario, o casi, dejar al Estado tranquilo y tratar de crear "al lado" del Estado "espacios de libertad" que ignorarían al estado( ¿y que el estado sin duda ignoraría a pesar de lo que sucediera en ellos?). Es, lo repito, la dimisión ante el problema de la política: el problema del poder como colectivo, que tiene raíces profundas en lo esencial de la filosofía política occidental. Postulado esencial: el poder no puede ser más que la forma-Estado, y contra el Estado, nada podemos. Un abismo separa este pensamiento de la filosofía política griega. Filosofía que, por un malentendido enorme y de verdad risible, no está donde se la busca habitualmente, en Platón y en Aristóteles, sino que se expresa en la practica y en las instituciones de las ciudades democráticas, en particular de los ciudadanos atenienses. Esta práctica ignora la distinción entre los ciudadanos, el colectivo de los ciudadanos, y el "Estado". No hay "Estado". Está el démos o el koinon de los atenienses. "Atenas", en los griegos, en Tucídides, por ejemplo, es una expresión geográfica, no política. La entidad política siempre se designa como: los atenienses, los lacedemonios, el Gran Rey. Pero en los modernos, por lo menos desde el siglo XVIII, el postulado central de la filosofía política es la existencia -que no podría cuestionarse- de un monstruo intocable, del Leviatán, de la potencia tutelar, como dice Tocqueville. No es cuestión de que la sociedad se autogobierne, está condenada a ser gobernada por un Estado separado de ella. a este Estado, a este Minotauro, como mucho pueden limitársele los movimientos, rodearlo de empalizadas (de papel), otorgarle periódicamente muchachos o muchachas para saciarlo por un tiempo, pero es todo. Nada de esto cambia, hasta que una vez cada cuatro, cinco o siete años, se produce esta misteriosa alquimia mediante la cual, durante un domingo el poder "se disuelve" y, por la tarde, se reencarna ( ¿la Eucaristía?) llegando a ser la " Hipóstasis" del pueblo en la persona de sus "representantes". La política no da y no puede dar respuesta a todo- pero no puede haber transformación esencial de la sociedad que no englobe la dimensión del poder-. La estructura actual del poder es alienante, atomizante, remite a cada uno a su vida privada y a la infantilización."

Cornelius Castoriadis, entrevista de 1987 con François Dosse, en Una sociedad a la deriva, editorial katz.

Imagen: koudelka

lunes, 10 de enero de 2011

La cueva de los sueños olvidados



"Una de las sorpresas del pasado festival de Toronto ha sido que Werner Herzog hizo una película en 3D. No es, como podría pensarse, un sometimiento al sistema. Se trata más bien de un documental: Cave of Forgotten Dreams (La cueva de los sueños olvidados), producido por History Channel, en el cual el iconoclasta realizador alemán muestra las pinturas rupestres de Chauvet, descubiertas apenas en 1994. En la que es quizá su realización más convencional, de sentido incluso didáctico, Herzog acompaña a un grupo reducido de arqueólogos para filmar desde diversos ángulos, bajo luces especiales no generadoras de calor, las extraordinarias pinturas hechas por hombres de hace 30 mil años."

Pileta de Prehistoria