martes, 7 de julio de 2015

Brezal segado al raso



Con el deshielo
un río de niños
inundó un pueblo.

Isabel Escudero

Imagen: Picasso

Entre Verbena y Espantajo toda la belleza del mundo cabe dentro del ojo


" El pueblo toma como pretexto la mitología y los santos para divertirse colectivamente, hace parodias del orden celeste y de las jerarquías demoníacas ".

Maruja Mallo

Imagen: La Verbena (1927) Maruja Mallo

jueves, 2 de julio de 2015

CORTARME LAS UÑAS



CORTARME LAS UÑAS

Llevo cortándome las uñas mucho tiempo.
Los dos dedos pequeños, en especial, muy lentamente,
tullidos, embutidos en delgados zapatitos de adolescente.

Si me he cepillado los dientes tras cada comida
-estoy pensando- en cincuenta años, esto será más que los
muchos
tankas que escribió Akiko Yosano.

Con mi peine de madera de naranjo que una amiga compró
a una mujer maya de México me peino el pelo,
siempre largo, frente al espejo, si voy a salir.

He dejado de maquillarme la cara. Sólo el restriego diario.
De alguna manera puedo controlar lo externo,
pero lo que ocurre en mi interior es sólo cosa de adivinos.

Tengo por costumbre hacer tres comidas,
comenzando por un desayuno de tostadas y té rojo.
Inclino la cabeza ante el estómago y los intestinos
que desmenuzan la diaria y abundante riqueza de
ingredientes.

No sólo las comidas, también los brindis con los
amigos invitados,
las celebraciones y despedidas, casi nunca tengo resaca,
gracias a mi hígado de hierro.

Y, una o dos veces cada noche, siguiendo la luz de mi
linterna
hasta el cobertizo, mis queridos riñones hacen su turno
de noche.

Por supuesto, hay que mencionar el corazón, en cuyo
honor
junto mis manos cada día, porque si deja de latir, ya no hace falta cortarme las uñas.


Yoshida
Mitsuko


Imagen: Nicolás de Lekuona