martes, 10 de junio de 2008

pajarito mandón

Dios, al que Cortazar llamaba pájaro mandón y al que yo, para hablar con más propiedad y culpar al animal moral por sus creaciones, llamo astronauta imbécil.

Dios creador de todas las cosas, principio de salvación para toda la humanidad, lejos de los particulares pequeños dioses, sus largos brazos como los de la ley abrazan a todos. Dios muerto, que cuando se traslada al mundo de los vivos sigue comandando a la muerte ejecutando la ley, tal y como la lo sufrieron, por ejemplo, Eva, Noe, Abraham, Sodoma y las víctimas de miles de cruzadas, evangelizaciones y represiones diarias. “Venga a nosotros tu reino…”.

La historia del Poder comienza de la mano de Dios, era imposible el nacimiento del poder en una sociedad humana sin el correlato de una cosmovisión metafísica e ideológica que moldease las mentes en la sumisión. Pero en un sentido marxista la estructura y la superestructura van juntas; también nosotros creemos que la estructura va primero: cambios económicos posibilitaron la aparición del reino de Dios y de los jerarcas y caudillos en la tierra. Este aplastante paso se produce por la propiedad privada, del de todos a lo mío, paso propiciado por la aparición del excedente. La unión de todas las cosas desaparecerá de la cosmovisión moral y así hasta este Régimen en el que culmina el camino del poder con el triunfo inapelable del sujeto y del dinero, con la destrucción real y (simbólica)de naturaleza y comunidad, que nos son omnipotentes en el corto plazo como su Dios, son frágiles y necesitan de un equilibrio; por eso son sagradas.

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