Aún humea
la taza de té
ya vacía.
"Cuando hablamos de lo sagrado en el haiku, o en cualquier camino espiritual
serio, conviene destacar el protagonismo de la naturaleza en su manifestación de vida y silenciar a nuestro ego ansioso de reconocimiento, que puede buscar en ello un sucedáneo de las carencias emocionales no satisfechas".
"Surge como un requisito de lo sagrado, primordial para escribir haiku, este quitarse de en medio, desaparecer como autor "
"La realidad se manifiesta y se despliega en un abanico de matices. Cuando decimos “todas las cosas” queremos ampliar el significado de la palabra belleza: tanto el ocaso, la luna o la nieve como el retrete, la alcantarilla o la verruga".
"Desde este sentido, el haiku se convierte en un canto de gratitud ante el regalo de la naturaleza que se desnuda para mostrarnos su esplendor. Como gesto de cortesía, nos corresponde desnudar nuestro ego, orear nuestra vanidad y despertar de nuestro sueño habitual.""La realidad nos abraza por todos lados, lo sagrado llama a nuestra puerta con los cabellos cubiertos de rocío. Sólo necesitamos aquietarnos y contemplar" .
Imagen y textos: Grego Dávila
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