domingo, 15 de febrero de 2009

La tabla de piedra


El luminoso anunciaba democráticamente todas las llegadas a la gran superficie desértica, y en cada esquina apretaditos sentados arejuntaditos esperan los instrumentos del sin placer.
Con el mismo sentimiento vagan, rebuscan la tabla de piedra.
El hombre que apesta abandono pasó ausente por delante de las de papel higiénico y bloque de helado: había marcado la oferta de vino tinto rosado y blanco de la publicidad buzoneada que encontró junto a la unidad de reciclaje.El chico del mono azul despreció la de limpiacristales y se decidió por la pasta dental (sus dientes eran amarillos por el trabajo diario). El sponsorizado compró arroz, leche en polvo, galletas, margarina y comida de gatos para su velero. El público aplaudió´al faquir cuando escupió sangre y corrieron a los cajeros de salida porque ya poseían "El" refresco.
Con el mismo sentimiento vagan, rebuscan la tabla de piedra, escalan, encuentran la tabla y se encuentran sin alas.
Una vez fuera de la gran superficie desértica el mercado lo abarca todo.

Fotografía: Denis Darzacq, hiper 3

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