sábado, 31 de enero de 2009

y tras ellos...


"Si la década de los sesenta constituye el apogeo del desarrollismo, también lo es el de la insatisfacción. La mercancía colonizaba la vida cotidiana y asimilaba la libertad al consumo. El espacio y el tiempo sociales eran sólo los de la libertad de mercado. La abundancia prometida no era más que abundancia de mercancías y a la prosperidad arrogantemente esgrimida no correspondía un bienestar personal equivalente: la sociedad clasista ofrecía salud económica y enfermedad moral, riqueza material y miseria individual, esclerosis política y vida privada. Por culpa de la integración de parte del proletariado en las nuevas estructuras capitalistas, la crisis se manifestaba como malestar difuso al que sólo eran sensibles los artistas y escritores de vanguardia y, tras ellos, los jóvenes".
Miguel Amoros

No hay comentarios: