“La decisión de cortar, en el cine, es muy similar a la decisión, en poesía, de dónde terminar cada verso. ¿Con qué palabra? Ese punto final poco o nada tiene que ver con la gramática de la frase. Es sólo que el verso está pleno y maduro en ese punto, lleno de significado y maduro de ritmo. Al terminarlo en el punto que lo hace, el poeta expone esa última palabra al vacío de la página, que es una forma de dar énfasis a la palabra. Si añade dos palabras detrás, sumerge a aquella palabra en el verso, y resulta menos visible, tiene menos significado. En el cine hacemos algo muy parecido: el final de un plano da a la imagen de ese último fotograma un significado añadido, que nosotros explotamos.
En el cine, en el momento de montar se yuxapone una imagen con otra, y eso es el equivalente de la rima. La cuestión es cómo funcionan la rima y la aliteración en poesía, cómo yuxtaponemos dos palabras o dos imágenes, y las implicaciones de esa yuxtaposición. Tanto para dar énfasis al tema como para oponerse a él, para modularlo, como un visible corifeo griego. Puede que lo que se está contando sea una cosa, pero al yuxtaponer dos imágenes diferentes en el momento del corte, y al hacer que ésas sean las más impactantes, podemos llegara decir: “Vale, pero aquí está pasando algo más”.
El truco consiste en hacer que ese flujo sea una parte orgánica del proceso. El montaje es una construcción, un mosaico en tres dimensiones, dos espaciales y una temporal. Es una versión a escala de la forma en que se hace una película, que es un proceso artificial, pieza a pieza.
Para determinar ese fotograma final observo intensamente el plano. Va pasando ante mí, hasta que, en un determinado punto, me estremezco (es casi un espasmo involuntario, un equivalente del parpadeo. El punto del espasmo es donde se termina el plano).” Walter Murch
" Amor mío te sigo esperando. Cuánto dura un día en la oscuridad...¿Una semana? El fuego se ha apagado y empiezo a sentir un frío espantoso. Debería arrastrarme al exterior pero entonces me abrasaría el sol. Temo malgastar la luz mirando las pinturas y escribiendo estas palabras. Morimos, morimos, morimos ricos en amantes y tribus y sabores que degustamos en cuerpos en que nos sumergimos como si nadáramos en un río. Miedos en los que nos escondimos como esta triste gruta. Quiero todas esas marcas en mi cuerpo. Nosotros somos los países auténticos, no las fronteras marcadas en los mapas con los nombres de hombres poderosos. Sé que vendrás y me llevarás al palacio de los vientos. Solo eso he deseado, recorrer un lugar como ese contigo. Con nuestros amigos, una tierra sin mapas. La lámpara se ha apagado y estoy escribiendo a oscuras". Michael Ondaatje
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