lunes, 27 de octubre de 2008

Del recuerdo a la praxis.


La televisión y la radio no emiten, las editoriales no sacan libros, los periódicos no editan, los lloriqueos humanistas se pierden, los charlatanes a sueldo se quedan sin él, todas las opiniones, en especial las propias, cesan. ¿Qué queda? Lo que es independiente a las opiniones, lo que es anterior a nuestra puesta en escena. La propiedad privada de las condiciones generales de producción. Y lo que produce el obrero en estas condiciones: plusvalía, no coches, mantequilla o misiles nucleares, sino plusvalía con forma de coches, mantequilla y misiles nucleares. La guerra de Iraq no es un problema, es una solución para el desarrollo de la industria de armamento y para asegurar suministros de petróleo. El paro no es una tragedia, es una condición necesaria para la perpetuación del capital. El derroche de riqueza y de stocks es una lástima inherente a las formas de producción capitalista. La democracia actual no es una bendición, sino un paréntesis entre el triunfante golpe de Estado que el capital provocó y el que provocará cuando el resultado de las elecciones no le convenga. Es bueno para nuestra economía vender armas a algún país africano. El que haya países que pugnen por ofrecer a la corporación Nike la mano de obra más barata es bueno para un asequible estilo fashion "sport". El cambio climático o la proliferación de cementerios nucleares son necesarios para poner en funcionamiento nuestro coches y climatizadores. La destrucción del levante permite que en los veranos vayamos a la playa. Los campos de golf y las urbanizaciones revitalizan las zonas rurales. Recuerdo la violenta expropiación de los medios de producción de la acumulación originaria, recuerdo a los anabaptistas gritando "Omnia sunt comuna" en Munster, recuerdo el "vive la Comune" de los parisinos,recuerdo el "todo el poder para los soviets" de los marineros de Cronstadt, recuerdo la colectivización en tierras aragonesas, recuerdo la matanza sistemática de dos mil riojanos, recuerdo los espartaquistas alemanes, recuerdo las vacaciones que encontraron bajo los adoquines obreros y estudiantes en el mayo del 68, recuerdo el "todo el poder a la asamblea" de la huelga de Vitoria y recuerdo las campanadas a la muerte. Y lo que me jode es que sólo puedo recordarlo.
Los discos cesan. Martillee el ruido de la batalla.

musicasdelapid

Musica: Atari teenage riot

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