lunes, 17 de septiembre de 2007

Sin papeles

Tal y como Hannah Arent mantuvo en su libro Los orígenes del Totalitarismo, el «derecho a tener derechos» es el más básico e irrenunciable.


«Porque la ciudadanía se conquista ejerciéndola.»
Asamblea por la Regularización Sin Condiciones,
Barcelona, 6 de junio de 2004

" Pueden vivir entre nosotros trabajadores de segunda fila, privados del reconocimiento legal de su mera existencia. Demasiado similar al régimen de esclavitud defendido por el gran filósofo Aristóteles."
"La nueva frontera total es la ley. Tal y como anunció en su día Foucault, «en la modernidad, las fronteras definitivas de lo sagrado no se expresan ya en términos de herejía, sino en términos de ilegalidad… y otras anormalidades creadas por la ley»
La figura del sin papeles es pues la mayor trasgresión. Su mera existencia impugna la mitología del Estado de Derecho. No es extraño que sus reivindicaciones sean acogidas con recelo: ¿cómo puede una persona no reconocida por el Estado exigir derechos?
La «ilegalidad» igual que la «diferencia» se construyen como «perturbaciones» externas y anteriores a la propia ciudadanía cuando en realidad son creaciones estatales.
Es así que lo que se crea como una categoría jurídica de no-reconocimiento."
" Señala Morice, el Estado francés crea esa «apariencia de normalidad» que se contruye además sobre un imaginario inclusivo: los sin papeles podrán «regularizarse» uno a uno si cumplen los requisitos. La lógica de «sujetos de derecho» se sustituye por «sujetos de favor», sujetos que además están deformados por las sombras de la sospecha racista acerca de su asimilabilidad o integrabilidad."

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