
En las saturnales, los amos sirven a los esclavos. En las bacanales, el séquito de Dioniso lo componen centauros y sátiros. Carnestolendas: el pueblo exorciza al poder con la terapia de lo prohibido y las pasiones se desatan jugando sin psicoanálisis en la fiesta del caos. Momo se trasviste, cizañea y se mofa. ¡Diablos y esqueletos! Danzamos garabatos al escapar de la peste. En «El libro del buen amor» Don Carnal combate a doña Cuaresma, de la que «vino luego en ayuda la salada sardina». Carne-levare, carne-vale. Abandonar o avalar la carne. Lo cómico y lo fabuloso se desparraman por el medioevo en forma de bobos, gigantes y cabezudos, grifos y basiliscos. Según Bajtín, la risa paschalis -singular y libre- se contrapone a la rígida economía feudal de la religión. El carnaval despliega una igualdad radical que suprime provisionalmente jerarquías y tabúes. La regla Thélèmita que instaura Gargantúa contiene una cláusula: haz lo que quieras.

Arlequín y Colombina, dialectos en la Commedia dell´Arte. Mojiganga, Siglo de Oro. Inocencio X, carnaval en suspenso. Wirtschaft en la coronación de Leopoldo I, mascaradas musicales en Versalles y figurines de Burnacini. Para el virrey Ezpeleta el carnaval «ofende a Dios».
Inauteria. La matanza escasea en febrero y la vigilia de la Cuaresma sacraliza la penuria.


Mascherarí, Mardi Gras y Samba. Fiesta de disfraces, un anfitrión dicta el tema. Mortadelo es un váter, las niñas princesas y las fursonas «personajes antropomórficos ficcionales». Las fantasías eróticas masculinas se asocian a indumentarias de enfermeras y colegialas. Uno se disfraza de vagina y la otra de polla. Convertimos a un perro salchicha en un hot dog y emulamos a Marilyn o a la Benemérita por 18 euros. Para Peter Jones el punk es carnaval, invierte significados, promueve participación y define lo grotesco. Lo que fascinó al dadaísta Ball de las máscaras de Janco fue que habían hecho visible el horror de una época. Lo profundo ama la máscara, decía Nietzsche. Careta y antifaz... Oculto el rostro, tras la capucha una incógnita.
Jakue Pascual
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