A diferencia de sus contemporáneos, los milenaristas no confundieron sus sueños con la realidad; intentaron hacerlos realidad, que es algo muy distinto y mucho más espiritual. En vez de por la vil resignación, optaron por el rechazo, la insurrección, la revolución.
Las aspiraciones milenaristas tienen su punto de partida en el Apocalipsis, que anuncia una novedad decisiva: la Jerusalén Celeste descenderá sobre la Tierra. El mito se carga de sueños revolucionarios; mejor aún, los sueños revolucionarios son portadores del mito milenarista."
Un libro Yves Delhoysie - Georges Lapierre para pepitas de calabaza editores
No hay comentarios:
Publicar un comentario