"La antropología se había convertido en la criada del colonialismo. Edward Said, en Orientalismo, publicado en 1978, argüía que las «ciencias coloniales» tenían una estructura común: dicotomizaban la gente del mundo en dos partidos, nosotros y los otros, nosotros y ellos. Los otros arquetipos, los nativos de lugares exóticos, se veían representados como un grupo
indiferenciado, marcados por su diferencia respecto a nosotros, una diferencía que siempre jugaba en contra suya: eran irracionales, supersticiosos y tercamente conservadores, se dejaban llevar por las emociones, carecían de control sexual alguno, se mostraban inclinados a la violencia y así sucesivamente. Estas diferencias habían motivado, o justificado, el colonialismo. El orientalismo era «una especie de proyección occidental sobre Oriente, al tiempo que un deseo de gobernarlo»
Adam Kuper
Imagen: Giulio Rosati
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